En carta publicada el domingo 2 de mayo, el señor José Luis Lagos, llama a tener en cuenta el daño que provocaría los comerciantes que subsisten de este negocio, un alza en los impuestos para combatir el alto índice de obesidad. Llama a instruir, educar y tener conciencia en lugar de restringir el negocio. El señor lagos se enreda con sus mismas palabras siendo benevolente con los comerciantes del rubro como si para ser comerciante se puede prescindir de conciencia.
Para un Chile con mejor calidad de vida es necesario poner atajo a ciertas malas prácticas y no solo lanzar al voleo la idea madre que resuelve todas las controversias, “es necesario educar”.
Como si iniciar un negocio fuera un hobby. Acaso, ¿No es necesario ocuparse de las consecuencias que generan el producto o servicio que se ofrece? ¿Solo se necesita buscar el resquicio legal que permita sacar a la calle cualquier cosa que sea posible de vender?
Sus palabras no solo demuestra falta de conciencia sino que incentiva tácitamente a la venta de cualquier cosa.
En Chile estamos acostumbrados a lamentarnos de las consecuencias antes que prevenir y el señor Lagos sigue a la ola.
Si el llamado es a educar, este no puede ser solo dirigido a la población vulnerable, sino a la autoridad sanitaria que autoriza este tipo de negocio, a quienes que fiscalizan la calidad de los alimentos, los que otorgan patentes y también a quienes legalizan a favor.
"Si un hombre no está preparado a correr riesgos por sus opiniones, es porque o bien sus opiniones no valen nada, o él no vale nada".Ezra Pound.
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